miércoles, 3 de septiembre de 2008

Hoy me di cuenta...



Hoy... aprendí algo más... tu grandeza...
tu poder... tus caminos tan altos y tan diferentes de los míos...
mi mente tan poco evolucionada y tu visión para mi vida...

Me he dado cuenta de lo infinitamente grande que eres
y lo pequeña que soy yo... (sin dar lugar a una humillación)
me haces ver que realmente no se nada...
Yo no se como ponerle sentimientos a un corazón humano...
tampoco se, como se crea una sonrisa...

No se me habría ocurrido darle matiz a los ojos de un niño
y hacerlos grandes como pozos profundos, en donde la gente se pierde
por un momento y encuentra la inocencia...

En mi mente no cabe la mecánica de cómo hacer para crear el amor...
qué ingredientes utilizar para hacer sentir ese calorcito extraño
que sentimos los humanos cuando nos sentimos acariciados...

De donde sacaste la idea de la sonora sonrisa de un niño de dos años,
o la dulzura del bálsamo del beso de una niña...
Tu fuiste el inventor de la paz mental... de la paz emocional,
y del regocijo que se siente al sentir el frio piso en las plantas de mis pies...

Tu eres quien creo la paleta de colores de las plantas y de las flores
y combinaste perfectamente, los verdes en las hojas de los árboles
y la majestad de una caida de sol, el romanticismo de un amanecer...

Tu hiciste que el mar tuviese un límite...
y que el gato aprendiera a ronronear
y que mi perro me viera con ojos de fidelidad...
tu eres quien le dio la delicadeza
a la mariposa para volar...

Tu eres quien creo a la mujer,
con vientre reproductor, nueve meses
y una vida de amor. Al hombre tosco y protector,
de manos grandes y fuertes
un refugio alrededor...

Hiciste las lágrimas para volcar el corazón,
y lavar el alma cuando necesitamos derramar el dolor.
Hiciste las piedras con las que tropezamos
para que sepamos levantarnos al caer...

Y en silencio... solo puedo comprender
que hoy me di cuenta... de cuan grande eres... tu.. mi Dios...

Hoy leyendo a Job, me di cuenta que le tomó
40 capítulos de un libro
para reconocer que tu eres Dios...
y que no hay nadie como tu
y repetiría al unísono las palabras
que en ese momento emitió:

He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé?
Mi mano pongo sobre mi boca.
Una vez hablé, mas no responderé;
Aun dos veces, mas no volveré a hablar.
Yo conozco que todo lo puedes,
Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.

¿Quién es el que oscurece

el consejo sin entendimiento?
Por tanto, yo hablaba
lo que no entendía;
Cosas demasiado maravillosas
para mí, que yo no comprendía.

Oye, te ruego, y hablaré;
Te preguntaré, y tú me enseñarás.

De oídas te había oído;
Mas ahora mis ojos te ven.




1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusto mucho lore soy daniel
www.fifydany.blogspot.com